LAS 45 FRUTAS Y VERDURAS MÁS CONTAMINADAS POR PESTICIDAS

 
Os presento la última lista de las 45 frutas y verduras más contaminadas por pesticidas, según los análisis que hace anualmente EWG (Environmental Working Group). Esta organización norteamericana sin ánimo de lucro, fundada en 1993, tiene como objetivo principal utilizar el poder de la información pública para proteger la salud de las personas y del medio ambiente. 



Los análisis han sido realizados a la fruta o verdura totalmente preparada para el consumo, de la forma como se toma habitualmente, es decir, lavada o pelada según el caso. Los arándanos y el apio lavados, por ejemplo, las cebollas y las naranjas peladas. Así se demuestra una vez más, que lavar o pelar no garantiza librarse de estos tóxicos tan dañinos. 



Todos los productos son originarios de EEUU, excepto los que especifica que son importados, por eso algunos se repiten dos veces, pues se han analizado tanto los de origen nacional como de importación. 
Estos estudios siempre son relativos, pues dependen de la época del año, del origen, de las plagas que hayan tenido, etc., pero pueden servir de referencia para hacernos una idea de lo que servimos en nuestras mesas cuando consumimos productos rociados con venenos, nocivos para la salud y para el medio ambiente.

A NÚMERO MÁS BAJO, MAYOR CANTIDAD DE PESTICIDAS 

El top ten de las 10 más contaminadas, en rojo.



                        1.     Manzana

                        2.     Apio

                        3.     Pimiento

                        4.     Melocotón

                        5.     Fresas

                        6.     Nectarina (importado)

                        7.     Uva

                        8.     Espinacas          

                        9.     Lechuga

                       10.   Pepino

                       11.   Arándanos (nacional)

                       12.   Patata

                       13.   Berza

                       14.   Cerezas

                       15.   Chile picante

                       16.   Pera

                       17.   Nectarina (nacional)

                       18.   Judías verdes

                       19.   Ciruela (importado) 

                       20.   Arándanos (importado)

                       21.   Zanahoria

                       22.   Frambuesas

                       23.   Calabacín

                       24.   Naranja

                       25.   Brécol

                       26.   Cebolleta

                       27.   Plátano

                       28.   Melón amarillo

                       29.   Tomate

                       30.   Melón cantaloup (importado)

                       31.   Coliflor

                       32.   Papaya

                       33.   Ciruela (nacional)

                       34.   Calabaza

                       35.   Champiñones

                       36.   Sandía

                       37.   Pomelo

                       38.   Boniato

                       39.   Melón cantaloup (nacional)

                       40.   Kiwi

                       41.   Berenjena

                       42.   Mango

                       43.   Espárragos

                       44.   Guisantes (congelados)

                       45.   Col

                       46.   Aguacate

                       47.   Piña

                       48.   Maíz dulce

                       49.   Cebolla

 


¿REALMENTE SALE MÁS CARO LO ECOLÓGICO?
A medio y largo plazo lo que sí sale caro para nuestra salud y la del medio ambiente es consumir y apoyar el cultivo de productos cargados de venenos. 


Cáncer, alteraciones hormonales, problemas de fertilidad, problemas de tiroides, Alzheimer, Parkinson, hiperactividad, alergias, asma…. son sólo algunos de los muchos problemas de salud que se pueden relacionar con una exposición a dosis bajas de pesticidas durante largos períodos de tiempo.

No esperéis que los gobiernos o las empresas tomen responsabilidad sobre esto y pongan la salud de las personas y del medio ambiente por encima de los beneficios económicos. Pero cada uno de nosotros tiene el poder como consumidor de elegir lo que compra, ese es un poder al que a menudo se renuncia y se vende a la manipulación de las grandes corporaciones que son las que mueven los hilos con publicidad agresiva y engañosa por todos lados.

Cada pequeño gesto de una persona mueve mareas de cambio, apoyemos a quienes se comprometen a proteger a la Tierra y a las personas produciendo de forma ecológica.



Aquí dejo algunas ideas para aquellos que quieran pasarse poco a poco a un consumo ecológico responsable, que no contamine ni su salud ni la de la Tierra:

  • Busca cooperativas de consumo, asociaciones, pequeños agricultores de tu zona, mercados semanales, supermercados ecológicos. Te sorprenderás de la oferta que hay, que crece cada día. Una buena opción para empezar pueden ser las cajas de frutas y verduras a un precio único que suelen salir más económicas. También puedes preguntar en el comercio donde compras habitualmente, algunas grandes superficies dedican cada vez más espacio a estos productos, aunque suelen estar poco visibles, no son la opción ideal, pero sí una buena forma de empezarse a familiarizar con la compra ecológica poco a poco.

  • Revisa tus hábitos de alimentación. Seguro que hay muchos productos en tu carro de la compra que además de no necesitar, no te alimentan y te dañan. Si aprendes a prescindir de ellos, tu salud te lo agradecerá y lo que ahorres por un lado, lo podrás invertir en un carro más consciente y saludable. Por ejemplo, beber sólo agua y zumos elaborados en casa directamente, en lugar de tantas colas, bebidas gaseosas cargadas de azúcares, aspartame, edulcorantes…. La bollería industrial, toda la gama de fritos para picar… ¿de verdad que los necesitamos? Cambia el chip y cuando quieras “dipear”, prepara un rico guacamole y “dipea” con verduras crudas ecológicas cortaditas en tiras ¡está riquísimo! Reeduca el paladar para valorar y disfrutar de los alimentos de verdad, no te dejes engañar por sabores falsos y vacíos de nutrientes.

  • Huye de los precocinados. No es verdad que se necesite invertir mucho tiempo en la cocina para comer bien. La opción crudivegana, por ejemplo, es rapidisima y sanísima. de sus recetarios se sacan excelentes ideas de cocina sana, fácil y rápida. Los alimentos precocinados son caros y alimentan bastante poco, además de que la mayoría están cargados de aditivos, conservantes y grasas trans. ¿Tanto cuesta preparar una rica macedonia de frutas, un gazpacho, unas berenjenas al horno, verdura al vapor, o un bocata de pan integral de espelta con aguacate laminado y unas hojas de lechuga y tomate? Y si te apetece una pizza, actualmente ya puedes conseguir en muchos sitios bases hechas con masa madre y harina integral que rellenas tú en casa sabiendo lo que le echas, incluyendo las grasas. Huye de las pizzas cargadas de grasas hidrogenadas y materias primas de bajísima calidad nutricional.

  • Revisa los tóxicos en cosmética y limpieza. Aprender a hacer nuestros propios productos de limpieza y de cosmética abarata enormemente el carro de la compra a la vez que eliminamos una cantidad inmensa de tóxicos en el hogar. Un saquito de nueces de lavado, por ejemplo, nos ofrece la posibilidad de lavar la ropa durante muchos meses, por un precio asequible. Un aceite puede ser la mejor crema hidratante, desmaquillador, mascarilla para el cabello o acondicionador. Descubre cómo con pocas cosas como vinagre, bicarbonato, sal, limón y nueces de lavado, puedes limpiar prácticamente todo en casa sin intoxicar a los tuyos y ahorrando muchísimo dinero.

  • Cultiva tu propia comida. Incluso si sólo puedes hacerlo en macetas, te sorprenderás de todo lo que puedes tener en pocas macetas en una terraza con poca inversión, pues puedes reciclar envases como recipientes para la plantas, hacer tu propio compost etc. Algo tan sencillo como el aloe vera será cosmética gratuita y de la mejor para tu piel, y un estupendo suplemento vitamínico que añadir a tus batidos. Tomates, pepinos, fresas, lechugas, calabazas (que te dará infinidad de hojas que puedes consumir también), plantas aromáticas y medicinales… etc. Es increíble la autosuficiencia que se gana cuando cultivas aunque sean pocas cosas. Aprovecha y siembra las semillas de verduras y frutas ecológicas que consumas.  


Y por último, no te agobies. Cuando empezamos a cambiar los hábitos hacia un estilo de vida más ecológico, podemos agobiarnos porque vivimos en una sociedad donde se ha normalizado precisamente todo lo contrario. El cambio no se puede hacer de repente, es mejor ir poco a poco incorporando nuevos hábitos y dejando otros que ya no queremos. Pero no hay que obsesionarse, nos lo ponen realmente difícil para poder vivir una vida ecológica y totalmente consecuente, pero si cada uno de nosotros se compromete,  en la medida de sus posibilidades y circunstancias, ya es mucho lo que estamos haciendo, por nosotros y por el Planeta. Simplifiquemos, ahí empieza el secreto para avanzar hacia el verdadero progreso.


Fátima Solé

Naturópata





ENLACES DE REFERENCIA

Lista original de la EWG en la web donde publican la guía anual


Web de EWG


Interesante conferencia sobre tóxicos ambientales y salud impartida por Nicolás Olea, catedrático de Medicina en la Universidad de Granada y Coordinador de Investigación del Hospital Clínico de Granada


Web de FODESAM. donde encontraréis mucha información sobre tóxicos cotidianos

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Adriana Celli
Para saber un poco más de mi: Adriana Celli, Profesional de la Producción Vegetal Agroecológica y Docente. A lo largo de 15 años he propiciado la divulgación de una nueva mirada sobre el reino vegetal y su relación con el ser humano. Generadora de contenidos, he brindado cursos y capacitaciones en diferentes ámbitos, tanto presenciales como virtuales, con una mirada holística sobre los seres que conforman las comunidades que habitamos. Basada en esos valores comunitarios, que tejen redes entre sus integrantes, busco construir alternativas que propicien los valores solidarios y desarrollen la cooperación y el buen vivir. Poseo un espíritu inquieto con el mismo defecto y virtud: No puedo detenerme...

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